jueves, 3 de marzo de 2011

The Thin Moral Line

Es fácil decir quien debe vivir y quién no. Pero la realidad es que hay una línea muy delgada y borrosa, lo cual yo le llamo “The Moral Line”. ¿Como podemos juzgar a otro ser humano tan fácilmente, y decir que esa persona merece morir?

La realidad es que no podemos, ni debemos. Mi compañero en su último post, puso que si debemos aplicar la pena de muerte con los criminales que no hacen algo productivo para la sociedad, y su argumento era que ellos no se pueden considerar como “seres humanos”. Él decía que esas personas no tenían la capacidad de razonar, ni tenían moral, así que no se pueden considerar seres humanos.

Pero, si nos ponemos a reflexionar, veremos que nosotros tampoco podemos juzgar alguien así. El hecho de que ningún humano es perfecto, y todo ser humano ha hecho algún crimen, por lo tanto, nosotros no podemos juzgar otro ser por algún crimen que ellos hayan cometido.

Debemos preguntarnos esto: ¿Si los mandamos a la pena de muerte, realmente somos mejores que los mismos victimas de este castigo? Yo digo que no, aunque no es doloroso, aun así, yo pienso que no se puede mandar alguien a la muerte, eso sería un acto sin moral, por lo tanto, no seríamos seres humanos.

La pena de muerte es un tema raro porque no hay nadie que este correcto; siempre hay alguien que esta en contra o que esta a favor de la pena de muerte, el problema es que no hay respuesta “correcta”. Hay argumentos para ambos lados, pero yo estoy en contra de la pena de muerte. Nosotros no podemos juzgar esos criminales, porque no somos perfectos. Así de simple.

Si quisieras castigar algún criminal, ponlo en prisión para toda la vida, así, el prisionero tendría más tiempo para reflexionar sus acciones, y ahora tendrá que vivir su vida básicamente en una jaula.

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